CÓMO FUI ASESINADO

Esta es la historia de cómo morí, o mejor dicho, de cómo fui asesinado.

Viví casi toda mi vida en el campo con mi familia, tuve una vida feliz, nunca me faltó de nada y nunca tuve grandes problemas.

Un día todo cambió, estaba comiendo apaciblemente con mi familia cuando aquellos hombres irrumpieron en mi hogar. No los conocía, nunca antes los había visto, pero sin decir palabra y llenos de decisión me apresaron y me alejaron de casa. Intenté resistirme pero fue inútil, yo era mas fuerte pero ellos eran más, y lograron reducirme, me inyectaron un tranquilizante y cuando desperté estaba encerrado en una caja poco mas grande que yo.

Tras varias horas allí encerrado me sentía aturdido y desorientado, los movimientos de la caja me hacían notar que me trasladaban a algún sitio, pero ¿a dónde?

De repente se detuvo, y poco después se abrió un lateral de la caja. La luz me cegaba, llevaba bastante tiempo a oscuras y tardé un rato en adaptarme. Cuando pude ver sin problemas salí fuera, y descubrí que seguía encerrado. Una gran alambrada rodeaba un pequeño terreno en el que había doce prisioneros más como yo. No sabía donde estaba ni porqué estaba allí y por la desorientación de mis compañeros pude percibir que ellos tampoco.

Permanecimos allí durante días, los hombres que nos habían secuestrado nos alimentaban diariamente con una comida horrible y no teníamos mas que unos metros para estirar las piernas. El pesimismo y la desesperación iban creciendo día a día y teníamos cada vez mas claro que no volveríamos a ver a nuestras familias.

Un día, sin saber cómo, una puerta se abrió en un lateral. Nos miramos unos a otros, todos queríamos salir de allí pero teníamos miedo, era muy raro que de repente se abriese la puerta. Me armé de valor y decidí atravesarla, empecé a correr hacia ella y en vista de mi decisión otros me siguieron. Justo cuando atravesé la puerta, esta se cerró bruscamente, y mis compañeros quedaron todos dentro. En ese momento me detuve, no sabía si seguir pero... no había otro camino, mi única opción era avanzar por aquel pasillo.

Corrí sin descanso por aquel camino que no parecía llevar a ninguna parte y de repente, tras una curva, me encontré con una pared. Di vuelta para retroceder y una puerta se cerró ante mi, volvía a estar encerrado en un sitio poco mas grande que yo y para colmo también se cerró el techo. Me quedé a oscuras, empecé a perder los nervios y a gritar y a revolverme todo lo que aquel reducido espacio me permitía. Tras un momento deje de gritar pues oía algo fuera. Eran los gritos de júbilo de una multitud. Estaba aterrorizado ¿ qué me iban a hacer ?

La puerta se abrió y salí. Una gran multitud rodeaba un recinto cerrado donde nos encontrábamos yo... y mi torturador.

En principio intenté huir, corrí en círculos por aquel lugar pero era inútil, estaba encerrado. Así que decidí atacarle, pero me esquivó. Luché contra él mientras el público lo animaba con fuertes gritos. Varios hombres mas salieron a ayudar al primero y me pincharon repetidas veces con un arpón. La multitud seguía gritando, yo me estaba desangrando y agonizaba con el dolor, pero aquello les divertía increíblemente, ¿ que clase de sádicos eran?

Me defendí mientras pude pero mis fuerzas iban flaqueando, perdía mucha sangre y me mareaba cada vez mas. Sabía que mis compañeros iban a correr mi misma suerte, sabía que ya nunca volvería a ver a mi familia, sabía que aquel era mi último momento así que ataqué de nuevo con las últimas reservas de mis fuerzas.

Fue mi último ataque pues aquel hombre sacó una espada y me la clavó profundamente. Caí de rodillas ensartado, y mientras escuchaba la gran ovación que el gentío le propinaba a mi asesino, mi vida se desvanecía.

Así fue como morí, y sin saber porqué. ¿ Qué había hecho para merecérmelo? Siempre había sido un buen toro.


Como fui asesinado por Álvaro Vázquez Mariño Imprimir capítulo