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PARADOXUM - William Doe -Safe Creative #1105319343851

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El tiempo, una dimensión en la que todos nos desplazamos a la misma velocidad y en la misma dirección, no se puede retroceder ni acelerar ni detener. Una norma de la naturaleza supuestamente infranqueable.

William P. Doe. Era un prometedor estudiante de física en la universidad de Londres a principios del s. XIX. Era realmente prometedor, llevaba el rumbo de los mas grandes, en una prolífica época en la que tantos cambiaron el mundo. La historia no nos cuenta nada sobre él, pues no consta que su supuesta grandiosa mente diese fruto alguno. Oficialmente, William Doe ingresó en un centro psiquiátrico antes de completar la carrera, y con eso acabó su historia como físico antes de haber empezado. Pero existe otra historia, una leyenda de incierta procedencia que ha sobrevivido sin ser escrita, según la cual el señor Doe no cesó en sus estudios al ingresar en el manicomio.

Se cuenta que durante los treinta anos que allí estuvo confinado, su confusa y sociópata mente se desconectó del resto del mundo y, dedicándose enteramente al examen y la reflexión, su brillantez llegó a comprenderlo todo a un nivel inimaginable. Tras volver en sí y recobrar la cordura, salió de allí con infinidad de logros cintificos bajo el brazo. Logros que fueron sistemáticamente despechados, luchó por que fuesen reconocidos pero un científico sin título que había realizado todos sus estudios en un manicomio no lo tenía fácil.

Tras varios años sin conseguir reconocimiento ni respeto, sin conseguir que sus descubrimientos se tomasen mínimamente en serio, Mr Doe se encerró en su sótano y no salió de allí en mas de un año.

La criada de Mr. Doe, la señora Harris, le llevaba la comida, le lavaba la ropa y a menudo salía a hacerle ciertas compras.

Mr. Doe estaba trabajando en un proyecto secreto, estaba construyendo algo en su afán de reconocimiento, algo que demostrara que sus teorías eran ciertas, que lo entendía todo. Su criada tenía que arreglárselas para conseguir piezas de todo tipo, a menudo cosas que no sabía qué eran o dónde encontrarlas y deambulaba por todo Londres día si día también visitando todo tipo de tiendas y mercadillos.

Sierras, golpes, explosiones, calma... Eran de todo tipo los ruidos que allí dentro se oían, tanto de día como de noche.

Un día, un sonido diferente puso fin a su letargo..

-¡ FUNCIONA !!! , ¡FUNCIONA....!!!, ja, ja, ja..!
¡ Señora Harris, señora Harris, tiene que ver esto..!! FUNCIONA..!!

- ¿Qué ocurre Señor Doe?- gritó la señora Harris preocupada mientras bajaba al sótano.

- ¡Qué funciona, funciona, funciona, ja, ja, ja, !

- ¿Está usted bien señor?- preguntó la criada aun mas preocupada.

-Sí, sí, tranquila, solo estoy un poco excitado porque esto es muy emocionante.

Mr Doe llevaba puesta una especie de mochila de latón compuesta por innumerables piezas de todo tipo, tubos, ruedas, engranajes, llaves de paso, manómetros, bielas.. En su brazo derecho y comunicado con la máquina por tubos, llevaba unos medidores de presión y un extraño mecanismo de relojes del cual manaba una hipnótica luz azul. Todo ello sujeto al cuerpo con piezas de cuero, remaches y cinturones viejos.

- Me alegro de que funcione- dijo la señora Harris, - pero, ¿ qué es?, ¿ Esque va usted a destilar algún licor con eso?

- Es una máquina del tiempo.

La señora Harris se quedó observándolo en silencio sin saber qué pensar, ella no tenía claro si el señor Doe era un gran científico o un demente, pues sus estudios eran mas bien nulos y no se veía capaz de diferenciar entre una locura y una genialidad.

- Se lo mostraré - añadió Mr Doe - esta máquina me permite desplazarme en el tiempo hacia delante y hacia atrás al momento que yo desee, hace unos minutos probé la máquina viajando a...- comprobó el reloj de bolsillo que sostenía en la mano. - ...dentro de un minuto treinta segundos, aparecí justo aquí y nos vi a los dos boquiabiertos, acto seguido programé la vuelta y retrocedí en el tiempo al momento de partida.

-¿ O sea... que va usted a aparecer ahí ? - dijo la criada entre sorprendida e incrédula.

- Ahora lo verá - respondió excitado el señor Doe.

Aguardaron en silencio el minuto que restaba, Mr Doe frotaba sus manos con impaciencia y comprobaba su reloj cada pocos segundos..

- Tres, dos, uno...

Un extraño brillo apareció flotando en el punto al que ambos miraban fijamente, comenzó a retorcerse y deformarse, luego empezó a crecer rodeado de un extraño humo y toda la casa se agitó fuertemente, como si se tratase de un terremoto acompañado de un molesto zumbido que se intensificaba indefinidamente, las probetas y tubos de ensayo tintineaban escandalosamente y estallaban al golpearse, los montones de chatarra caían sobre las mesas y largas grietas se abrían camino por las pizarras empachadas de fórmulas. La confusión y el estruendo eran cada vez mayores y la señora Harris gritaba asustada pegada a una de las paredes mientras Mr Doe reía a carcajadas con los brazos abiertos en el centro del caos.

Entonces todo se calmó, y la extraña luz de colores formó una silueta humana. La traslúcida y vibrante forma fue ganando definición y solidez hasta ser claramente un segundo Mr Doe. La señora Harris no pudo hacer mas que abrir ampliamente su boca y elevar sus cejas absorta en su asombro, sin duda su jefe no era un demente, o al menos, no un demente cualquiera.

El segundo señor Doe no permaneció allí mas de medio minuto, miró a su alrededor, a si mismo y a su otro yo riéndose excitado, tanto como su otro yo que permanecía ante él sin mediar palabra comprensible. Programó de nuevo la máquina la activó y comenzó a vibrar de nuevo hasta que desapareció.

Ambos necesitaron un momento para recobrar la compostura.

- Señor, esto es increíble..

- Lo sé.

- Cuando lo presente ante la comunidad científica sus logros serán al fin reconocidos.

- Lo haré señora Harris, pero todavía no.

- ¿ Porqué no ? la máquina ya funciona.

- Mis conocimientos y comprensión me permiten hacer esta máquina muchísimo mejor de lo que es, pero no la época en la que vivo. Viajaré al futuro, dos siglos al menos, y aprovecharé los medios con los que entonces cuenten para mejorar la máquina notablemente. Entonces volveré y demostraré mi gran superioridad en el campo de la Física.

Dicho esto el señor Doe procedió a programar la máquina para su viaje al siglo XXI. Manipuló uno de los relojes del mecanismo de su muñeca, activó un interruptor, abrió una llave de paso muy lentamente y la máquina empezó a resoplar expulsando vapor y vibrando.

- ¡ Espéreme aquí señora Harris !, - dijo gritando entre la vibración y el zumbido - ¡ vuelvo en un minuto !

Tras desaparecer de su desastrado sótano, se materializó ante un grupo de hombres trajeados en una sala con una gran mesa blanca. Unos se aferraban a la mesa y otros se escondían bajo ella, todos alterados y confusos. Cientos de papeles volaban por la sala como hojas secas en un vendaval y a pocos metros de Mr. Doe yacían tumbadas dos estanterías sobre un montón de libros y figuras.

- Supongo que esto antes estaba en pie- dijo - Discúlpenme por este caos.

- ¿Quién es usted ?,¿ Y qué ha sido todo esto ?!- Inquirió furioso el que parecía el líder de aquel encuentro.

- Me llamo William Philip Doe, y soy el primer viajero en el tiempo.

- ¿ Viajar en el tiempo ? Dijo otro de los trajeados. - eso es imposible.

- Acaban ustedes de presenciarlo- Apuntó Mr. Doe.

- Está diciendo usted que...?

- Vengo del s. XIX.

Reinó el silencio durante un segundo, roto por un murmullo general.

- Dice usted que viene del pasado...- dijo en alto el líder. - Expliqueme entonces, si la máquina del tiempo se inventó en el siglo XIX ¿Cómo es que no sabemos de su existencia en el XXI?

- Todavía no lo he hecho público, vine a esta época con la intención de mejorar mi máquina con sus medios.

Tras meditarlo un segundo el líder hizo una señal al trajeado que estaba junto a la puerta y este la cerró con llave.

- ¿ Qué ocurre ?

Varios de aquellos hombres se acercaban a Mr. Doe mientras su líder sonreía.

- Ese no es el motivo por el que no lo sabíamos...- dijo con pausada malicia. - no lo sabíamos porque no se inventó en el s. XIX... la inventamos nosotros hoy.

Los trajeados se abalanzaron sobre Mr Doe que rápidamente introdujo una fecha al azar en la máquina y abrió la llave de paso de golpe desapareciendo y dejando en su lugar una honda expansiva que los lanzó contra las paredes.

Apareció de nuevo en su sótano, pero estaba despejado.

- ¿ Qué demonios ha sido eso ?, ¿ Un terremoto ?

Aquella voz que venia del piso de arriba parecía la de la señora Harris

- Eso parece, ha temblado toda la casa- dijo una segunda voz.

- O no, ese soy yo- Mr Doe comprobó la fecha y descubrió horrorizado que se encontraba cinco años antes de inventar la máquina, tenía que irse de allí antes de que su otro yo lo viese, pues saber que inventaría la máquina antes de tiempo podría cambiar demasiado los acontecimientos provocando una paradoja. No sabía exactamente qué ocurriría pero no quería comprobarlo así que se dispuso a programar la máquina para un nuevo viaje.

Desafortunadamente el Mr Doe del pasado, llamémosle Mr Doe2, se encontraba revisando la casa debido al reciente terremoto y abrió la puerta del sótano dándose de bruces con su otro yo. Antes de que ninguno de los dos tuviese tiempo a mediar palabra la casa empezó a temblar de nuevo y un tercer Mr. Doe apareció ante ellos.

- O no- Dijo Mr Doe1- ¿Qué acaba de ocurrir?

- Creo que hemos provocado una paradoja- Respondió Mr Doe2. - Al verte aquí con esa máquina supe que la inventaría y que vendría aquí.. quiero decir... a este momento, así que lo hice pero antes.

- Entonces... No fuiste antes al siglo XXI?- preguntó Mr Doe1 a Mr Doe3.

- No- respondió al tiempo que comenzaba de nuevo el temblor. Como en los anteriores casos, tras la agitación apareció un nuevo Mr Doe doblando la paradoja.

- Pues supongo que él sí que fue- dijo Mr Doe3.

El cuarto apareció debido al conocimiento de Mr Doe 2 de que viajaría al s. XXI

- ¡ No, no !- Dijo Mr Doe1 a Mr Doe2. - ¡ No debes ir al futuro, es peligros... Antes de acabar la frase se desvaneció de repente, al igual que Mr Doe4, había solucionado parte de la paradoja. Al hacerle saber a Mr Doe2 que no debía realizar ese viaje al futuro los Mr Does que habían ido dejaron de existir.

Mr Doe2 seguía sujetando la puerta del sótano con la mano derecha y dentro, ante él su doble Mr Doe3. Ambos cavilaban en silencio buscando una solución.

- He tomado una importante decisión-, dijo Mr Doe2- no podemos manejar algo así sin que se nos valla de las manos. Si esto ha sido el resultado de la primera prueba no quiero saber las catástrofes que podría llegar a provocar. Aunque me cueste la aprobación de la comunidad científica, nunca construiré esa máquina.

Y Mr Doe3 se desvaneció también.

- Señor, está usted bien ?

- Eh?.. ee... sí.., sí estoy bien, gracias señora Harris.

- ¿ Con quién hablaba ?

- No... No lo sé. No lo recuerdo.

FIN

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